Cuando te mudas a otro país, puedes ir con ya un contrato de trabajo en el bolsillo. De lo contrario, puedes mudarte a ciegas y comenzar a buscar trabajo solo una vez que estés en el nuevo país. En cualquier caso, si quieres trabajar en el extranjero con éxito necesitas buenos hábitos.
Nada más llegar al nuevo país, comienza un periodo de adaptación que te llevará a una integración con el entorno que te rodea. Para ello, es recomendable trabajar la propia forma de ser y adoptar buenos hábitos para que la estancia en el nuevo país sea lo más agradable posible.
Sumérgete en un nuevo entorno
Es importante tratar de ser lo más curioso posible, sumergirse en el nuevo entorno, hablar con cualquiera. No te desanime por los primeros problemas que surgirán, (y seguramente surgirán). Sería recomendable buscar algún lugar de la ciudad que te guste y convertirlo en tu punto de referencia, donde ir a charlar o simplemente relajarte.
Trabajar en el extranjero buenos hábitos, salir
Mantente lo más afuera posible, recorre la ciudad, trata de conocer todos los rincones. Por ejemplo, si decides dejar tus CV en persona, puedes dividir el día en dos partes, la primera parte establece un itinerario predefinido de calles y barrios a donde ir, en la segunda parte puedes deambular sin rumbo fijo y descubrir nuevos lugares.
Trabajar en el extranjero buenos hábitos, hablar, hablar y hablar.
Trata de hablar con los demás tanto como sea posible. Todo el mundo tiene más o menos miedo de hablar con extraños. Este miedo nos lo inculcan los padres cuando nos obligan a no hablar con extraños y poco a poco esta actitud de miedo hacia los extraños se arraiga en el inconsciente de cada uno de nosotros. En cambio, debemos superar este miedo.
La mayoría de las demás personas se encuentran en la misma situación, les gustaría hablar, pero los mismos temores las retienen, por lo que muchas solo esperan que otra persona dé el primer paso. Lo único que se puede hacer es comenzar de inmediato sin pensar demasiado en ello. Cuando tengas la oportunidad de entablar una conversación con alguien que te inspire confianza, evita analizar demasiado la situación, de lo contrario perderás la oportunidad.
Mantenga tus intereses y pasatiempos
Mudarse y trabajar en el extranjero no significa renunciar a lo que te gusta. Si tiene intereses y pasatiempos, hágalos lo antes posible. ¿Eres fan de la guitarra? ¿Juegas ajedrez? ¿Te gusta el yoga? ¿Juegas al fútbol? Sea cual sea tu interés, sigue practicándolo, además de hacerte más feliz, te permitirá conocer gente nueva.
Borra la palabra no, de tu vocabulario
Hay que estar abierto a todo lo nuevo, hay que vivir nuevas experiencias y no quedarse en casa por miedo o desesperación. Si te invitan a algún sitio o te enteras de algún evento, aunque no te apasione especialmente, tienes que ir. No tienes que perder ninguna oportunidad de conocer gente nueva y si realmente no te gusta, siempre puedes volver a casa.
Trabajar en el extranjero buenos hábitos, ser responsable
Muchos hábitos en tu nueva vida serán muy diferentes de lo que solía ser. Cuando empiezas a vivir solo, en el extranjero no debes caer en el error de adoptar malos hábitos, como comer hamburguesas en el almuerzo y la cena, porque no quieres cocinar o caer en la tentación de la diversión excesiva, divertirse es ok, pero recuerda cuáles son tus objetivos. Un equilibrio adecuado es la clave del éxito.
Tener una actitud positiva
En tu lugar de trabajo tengas una actitud positiva hacia todos. Aprendes a sonreír. Sonreír significa abrir una puerta y facilitar las relaciones con los demás. De hecho, existe una fuerte conexión entre una sonrisa y la capacidad de socialización de las personas. No tengas miedo de mirar a los demás con una sonrisa. Será más fácil tratar con la gente y rápidamente establecerás una buena empatía.